sábado, 7 de julio de 2012


Sembrando arroz…
Verónica Pérez Jiménez
"Si haces planes para un año;
siembra arroz.
Si lo haces por dos lustros;
planta arboles.
Si los haces para toda la vida;
educa a una persona."
Proverbio Chino

Hace ya unos diez años que vengo dando palos de ciego, cuando me di cuenta que la vida se comenzaba a dibujar con tinta y no con grafito. De alguna manera reprochaba constantemente el por qué no se me daban las oportunidades cuando a otros con menos “capacidades” les fluía la vida tan fácilmente.
Me demoré en concluir, sinceramente por mi inocencia, que las oportunidades se buscan, cuando no se tiene el contacto para recibirlas de regalo. Pero además, carecía de la valentía que se logra cuando la estabilidad de un periodo se convierte en comodidad.
Hace ya treinta y tres años, un frío día de Junio llegué a la facultad de Pedagogía de la Academia Superior de Ciencias Pedagógicas, al departamento de archivos a buscar ese tan anhelado título que me consagraba como Profesora de Educación General Básica.
Después de esperar que una secretaria terminara de conversar por teléfono, entregar mi cédula de identidad, firmar unos gruesos libros, recibí un sobre blanco, el que contenía el diploma y la certificación de la Universidad que constataba que yo había rendido todo lo solicitado para ejercer como profesora de Educación.
Recuerdo que salí de esa oficina y con lágrimas en los ojos por la emoción, caminé hacia la cafetería, abrazando con toda la fuerza en mi pecho aquel sobre blanco, pedí un capuccino y me senté a degustarlo sacando los dos documentos, me vi muy sola, con tranquilidad disfrutando de uno de mis más difíciles logros. En ese tiempo no estaba al alcance, ni era tan común la tecnología de bolsillo, por lo que no pude contarle a nadie lo que me estaba ocurriendo.
Desde ese año, he asistido a diferentes cursos de perfeccionamiento en Educación , he sido adicta en mi formación profesional, y me enmarco en las exigencias de una profesora Competente  e idónea.
Busqué en lo  profesional el reconocimiento de personas de las cuales  jamás lo obtendría, ahora sé que era por motivos absolutamente distintos a los profesionales,( competencia intelectual ), sin embargo cuando se comienza a sacar la tinta y tomar decisiones, a dejar los temores que son falsamente infundados, se empieza a seleccionar la semilla  de arroz, y a preparar los mejores terrenos para sembrar el arroz.
En Marzo de este año, con tristeza por mi débil estado de salud, trataba de proyectarme y planificar lo que sería otro año más, sólo sembrando arroz, sin otra expectativa más que la de continuar  dedicándome con el mismo interés a los aprendizajes de mis alumnos .
El destino, las condiciones, se fueron presentando tan diferentes a como yo había sembrado el arroz que me desconcertaron, y  después de una licencia médica, volví a trabajar, pero esta vez con cambio de funciones.
Había comenzado a escribir con tinta, iba a sembrar arroz sin duda pero yo escogería la tierra donde quería hacerlo, después de esta decisión que me autovaloró he comprendido que cuando algo no te resulta ,y de verdad lo deseas con toda tu fuerza y estas convencido que en esa situación te sentirás completamente realizado ,entonces debes dejar el grafito ,buscar la tinta y empezar a escribir lo que deseas ,comenzando a sembrar arroz.
Para  seguir educándome.
Sembrar arroz .Para ser más feliz, sembrar arroz. Para mi propia estabilidad emocional, sembrar arroz, sembrar arroz esta vez  para mi, que necesito ser más feliz y sentirme más realizada, por lo que se vive una sola vez y es imposible seguir postergando la vida cuando se ama tanto a los seres que me rodean. Para mi  y para ellos sembrar arroz toda la vida .  

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